La boda de Brian
Desternillante película de la directora
británica Monty Putón. Partiendo de un equívoco evangélico (en las bodas de
Canaan Jesús es confundido con el novio y termina casado con una rica heredera
de Cafarnaún), la película cuenta, con ácido humor, los intentos de Jesús y su
madre por declarar nulo el matrimonio. El tribunal eclesiástico de la Rota no
quiere conceder la nulidad, no acepta el título de Mesías que el Redentor les
muestra y son vanos sus intentos por llegar a un acuerdo. En un arrebato de desesperación
Jesús intenta divorciarse en un juzgado de Getsemaní, pero su madre, muy
católica, no consiente. Piensa que si se divorcia tiraría por tierra su
prometedor futuro como fundador de una religión que prohibirá semejante
procedimiento. En esto aparece María Magdalena, un pendón de discípula que le
promete al Salvador una solución si se la lleva al huerto, y no precisamente al
de los olivos. De nuevo María se interpone y conmina a su hijo a que se
comporte, que los evangelistas están en todo y sólo esperan un desliz suyo para
propagarlo a los cuatro vientos. San José, que ve que María Magdalena está muy
buena, trata de apoyar a su hijo, pero María (la madre de Jesús) le manda
callar diciéndole que él no tiene nada que ver en éste asunto, que Jesús no es hijo
suyo y que vuelva a sus tablones. Al final todo se soluciona al darse cuenta
Jesús de que puede hacer milagros, lo que pone en conocimiento del tribunal de
la Rota. Este tribunal le conmina a que demuestre su pretendida facultad, para
lo cual le pone dos sacos de heno para que los transforme en sacos de oro, lo
que Jesús, humildemente, realiza sin dificultad. Una vez contadas las monedas,
el tribunal se pronuncia en favor de la anulación, por lo que Jesús puede
seguir su carrera como Salvador para regocijo de su madre e indiferencia de su
padre, que seguía opinando que María Magdalena tenía un buen polvo. Película
recomendada para después de, o en vez de, la catequesis. Abstenerse luteranos
sin sentido del humor.
Fred Cimeman
23.10.17