El éxito de los teleevangelistas norteamericanos es la prueba definitiva de la subnormalidad del género humano. No se puede caer más bajo que creer a un tipo de esos, si no contamos a los participantes en las procesiones católicas y a los concursantes televisivos. ¡Baja Paco... y vuélvete a morir!
La oveja feroz
07.12.10
martes, 7 de diciembre de 2010
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