Después de la exitosa huelga de dos días protagonizada por los parados en España, que han decidido no acudir a las colas del INEM y quedarse en casa enganchados a Internet y viendo chorradas en Youtube, el gobierno se enfrente a una huelga aún más radical: huelga de jubilados. Las consecuencias para la economía española, advierten los expertos, puede ser desastrosa: sin nadie que vaya a recoger y a llevar los nietos al colegio los padres tendrán que faltar al trabajo; las obras se quedarán sin animadores que entretenían a los trabajadores, cuyo rendimiento, ante la falta de observadores, decaerá irremisiblemente; la ocupación hotelera del litoral español se quedará sin turistas del Inserso, lo que redundará en un mayor desempleo; las charangas tipo María Jesús y su acordeón, tan presentes en sitios como Benidorm, también se verán afectadas; las farmacéuticas verán recortados sus beneficios drásticamente pues los jubilados han decidido también no acudir a los ambulatorios y prescindir de medicamentos placebo, casi todos los que toman (los fabricantes de Viagra, por ejemplo, ya han dado la voz de alarma). Un representante del gobierno ha confesado a Noticias de acá y de allá que de persistir la huelga, tendrán que recurrir a jubilados extranjeros, preferentemente nórdicos y alemanes, que saben cumplir sus obligaciones como jubilados. Un micrófono abierto ha permitido escuchar a la Ministra de salud una salida de tono como: “Éramos pocos y parió la abuela”. Pese a los desmentidos de la propia ministra, que asegura que no dijo “parió” sino “partió”, la asociación de jubilados españoles (ASJUES) considera la rectificación aún peor que la frase original, pues partió tiene significado de morirse, estirar la pata, diñarla. La ministra, acordonada por miembros de su gobierno, ha sido sacada de la sala de prensa ante el temor que su rectificación de la rectificación fuera aún peor.
La oveja feroz
18.02.12
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