Patrick
Johnson, un tejano residente en Houston vio un anuncio donde se anunciaba la
venta de un coche con “Hair Conditioning” por sólo 1000 dólares. Pensando que
se trababa de un error ortográfico, se acercó a concesionario de segunda mano y
vio que el coche aún podría funcionar un par de años, y con aire acondicionado,
necesario debido a los calores de la zona. Compró el coche en efectivo y al
entrar en él para levárselo no encontró el botón del aire acondicionado. Llamó
al vendedor, quien le dijo que tenía “Hair conditioning”, no “Air
conditioning”. Y para demostrarlo sacó de la guantera un frasco de medio litro
de acondicionador de pelo. Las protestas del pobre comprador no sirvieron para
que le devolvieran el dinero, por lo que se marchó de allí con su coche con
acondicionador de pelo. El hombre, frustrado por el engaño, se suicidó días
después en un motel de mala muerte. Para matarse ingirió el frasco de
acondicionador de pelo entero. El forense que analizó su cadáver aseguró que el
muerto tenía los pelos del pecho y del ano, extremadamente suaves y sedosos.
La
oveja feroz
06.07.15
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