Strauss-Kahn ha sido puesto en libertad. Un juez (blanco) en el país dominado por blancos ricos ha considerado que un millonario blanco (Strauss-Kahn) no es culpable del delito del que se le acusaba y lo ha dejado libre sin cargos. ¿Cómo ha ocurrido? ¿Se han verificado los hechos y demostrado que no hubo violación ni violencia por parte del acusado contra la camarera negra? No. La razón es más peregrina. La razón es que el juez considera que la acusadora, una camarera negra y pobre, no tenía credibilidad. Repito: no tenía credibilidad. Y es que, parecen razonar los varones blancos de la judicatura estadounidense, ¿cómo puede tener credibilidad una inmigrante de color que en el país de las oportunidades no ha logrado ser millonaria, montar su propia empresa, o sus empresas, especular en bolsa y esas otras ocupaciones que confieren credibilidad?
Pero el sistema judicial norteamericano no es la Justicia. Ni siquiera son parientes lejanos. La Justicia está por encima de jueces y abogadillos y bufetes, incluso por encima del dinero. Strauss-Kahn podrá haber sido declarado inocente por jueces blancos estadounidenses, pero no ha sido declarado inocente ante la Justicia como regla de valores éticos de la sociedad. En mi corazón, que participa de ese consorcio ético que he denominado Justicia, Strauss-Kahn continua siendo culpable. Lo dicho, mujeres del mundo, tened cuidado.
La oveja feroz
26.08.11
viernes, 26 de agosto de 2011
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