Un erudito del Opus Dei acaba de revelar a la agencia Noticias de acá y de allá que Monseñor Escrivá (se ve que el responsable de la agencia de noticias no se ha enterado de la subida de categoría del susobicho), dictó su libro Camino a un vano escribano (perdónenme la paranomasia) mientras caminaba, actividad que le permitía recibir con más intensidad los mensajes de Dios. Esta divulgación viene a corroborar lo que ya se sospechaba, que el andarín fundador del Opus Dei tenía servidores hasta cuando caminaba. Pero la noticia no se acaba en esta anécdota de andarín. Se sabe que el acólito que tomaba nota de los pensamientos de Monseñor (llamémosle así por respeto a los santos de verdad) ocultó cantidad de pensamientos y ocurrencias del fundador de la Obra. Gracias a un periodista “free lance” (que va por libre, para entendernos) que se hizo con las notas descartadas, sabemos que entre los pensamientos descartados están las siguientes afirmaciones:
. ¡Yo soy un agnóstico gnóstico! ¿Dioses? ¿Quién los necesita?
. Pues está escrito que nada está escrito.
. Hay esperanza para la humanidad en tanto en cuanto ODIEMOS a la humanidad.
. La culminación del pensamiento metafísico es una pregunta: “¿Por qué preguntar por qué?”
. No puedes creer todo lo que crees.
. No hay nadie más viejo que un niño muerto (ignoramos por qué el escribano vano eliminó este profundo pensamiento).
. Dios, como el vino, a unos les sienta bien y a otros mal.
. La mejor Biblia es aquella escrita en talones al portador
Un portavoz de la Obra ha desmentido esta información, pero, sospechosamente, antes de que ésta se publicara.
La oveja feroz
16.03.12
viernes, 16 de marzo de 2012
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