La famosa fábrica de porcelana francesa situada en Sèvres, ha decidido ampliar la gama de productos que tradicionalmente produce para ganar mercado en España. La decisión, bastante discutida en el Consejo de Administración, es la de producir botijos. Ante los esteticistas que opinaban que la forma del botijo no se adapta al gusto francés y aristocrático, el sector economicista, con cifras en la mano, ha demostrado que la venta de botijos está teniendo un boom en España y que no se debe perder la oportunidad de dominar un sector hasta ahora ajeno a la porcelana fina. Los botijos, en una primera serie de producción, incluirán motivos rameados y flores de lis, para el sector aristocrático, y otros con motivos de toros y escenas populares españolas, como arrojar cabras de un campanario o acribillar a un toro con lanzas muy del gusto de Tordesillas. Se ha pensado en lanzar una campaña de publicidad en el que se vea a empleados del Elíseo alzando el botijo al aire y echando un trago de agua fresca durante los descansos en los consejos de ministros. Incluso se intentará que esta nueva forma de porcelana decore las mesas de los parlamentarios europeos: en vez de las típicas botellas de agua y vasos, un botijo de Sèvres por cada tres eurodiputados. Este compartir tragos puede incluso beneficiar la interacción entre parlamentarios de distinto signo, porque nada une más que beber en común. Pero esta iniciativa tiene detractores. El sector ultraderechista afín a Marie Le Pen ha presentado un recurso de anticonstitucionalidad ante la justicia gala, aduciendo que el botijo es una invasión española sobre el gusto francés, tan encomiado hasta ahora. Veremos en qué para todo esto.
La oveja feroz
30.04.12
lunes, 30 de abril de 2012
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ESO DE COMPARTIR EL BOTIJO, ESTÁ BIEN, PEEEEROOO,
ResponderEliminarSIN AMORRARSE AL PITORRO.
SALUT I REPUBLICA
Me apunto a esos botijos, sin son tan majos como los de la foto.
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