No
ha sido un temblor de verdad, de esos que producen las explosiones de trilita,
no, el pedo no fue tan potente, pero simbólicamente fue un pedo que atronó los
mercados financieros. Ocurrió después de la comida que se celebró en un
céntrico restaurante bilbaíno, después de la minicumbre económica celebrada en
dicha capital. Por lo visto la presidenta del FMI quiso probar las ricas
alubias con chorizo del menú, le gustaron, repitió y luego, durante la rueda de
prensa de la tarde, no pudo evitar que en el recinto se escuchase un sonoro
pedo de la pobre mujer que, abochornada, pronunció un sentido: ¡Pardon!. Pero
ese desahogo fue suficiente para que las bolsas europeas, al conocer el suceso,
cerraran con bajas considerables, en particular la de París, tan elegante ella,
y donde sus valores pasaron al rojo, hay quien dice que por la vergüenza. Los
antisistema han aprovechado este percance para hacer propaganda de las alubias
de Tolosa, producto a quien consideran ahora un aliado de su causa. Christine
Lagarde, en una rueda de prensa posterior, ha prometido a partir de ahora comer
sólo canapés en este tipo de cumbres.
La
oveja feroz
05.04.14
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