Cien
proverbios que conmovieron a Stalin
de
León
Tronky
Este
libro se adentra en el ser más íntimo de José Stalin, permitiendo ver atisbos
de su plácida niñez en un pueblo del Cáucaso donde solía torturar a su abuela
Babushka y encerrarla en una habitación de la casa que daba al norte y que
tenía el símbolico nombre de Sinberia (Beria era el nombre de su abuelo, ya
fallecido). La juventud de este dirigente también está lleno de anécdotas
divertidas de sus travesuras, como cuando arrasó un pueblecito vecino. Él y un
grupo de amigos, por diversión, prendieron fuego a la casas de madera de la
villa, por ver el espectáculo de las llamas. Las autoridades consideraron que
la quema de la aldea y sus trescientos habitantes no llegaba a la categoría de
delito, por lo que sólo le impusieron una multa simbólica, que tampoco pagó.
Eso sí, se le oyó decir en voz alta: “Si no saben aguantar una broma, que se
vayan del país”, que era un proverbio de un tal Gilamatic, Vladimiro. Después
de entretenernos con este tipo de anécdotas traviesas a modo de acercamiento al
glamour de este personaje, León Tronky pasa a analizar los provebios que más
gustaba repetir este filántropo amado por la población... que no moraba en los
gulags. Estos proverbios conforman, en opinión de su hagiógrafo oficial (más
tarde ejecutado por haber deletreado mal el nombre del magnánimo prócer), un
universo mental que arroja un sinfín de luz sobre el posterior comportamiento
de este magnánimo prócer. He aquí algunos de los proverbiso que analiza el
autor:
A mal tiempo, buen
Siberia
Las penas en
Siberia, con vodka son menos
El troskista
siempre tira al monte
Cría cuervos
contrarrevolucionarios y te sacarán una perestroika
Más vale pájaro
burgués en prisión que ciento volando.
Al que a buen
Koljós se arrima, buena sombra le hace pija
En casa de rojo,
cuchillo burgués
A mal año, más daño
Unos nacen con roja
estrella y otros nacen rojoestrellados
A palabras recias,
odios sordos
Más ven cuatro
confidentes que dos
Contrarrevolucionario
ladrador, poco emprendedor
A cada puerco
desviacionista le llega si siberiada
A troskista que
huye, piolé de plata
Hay más provebios, hasta cien, cada
uno analizado en virtud de conocidas anécdotas de cuándo fue pronunciado el dicho,
o ejecutado su lucubrador. Esta colección de proverbios permite acercarse a la
vida íntima de este filántropo que eligió la política como medio de hacer el
bien a su prójimo. Y lo hacía bien, me refiero a ejecutar y condenar a campos
de exterminio a sus opositores, cerdos revisionistas y contrarrevolucionarios
de mierda.
Publica Tomos de hoy, hambre para mañana. La obra se vende con un lazo
negro.
Leo Bücher
(Crítico de su majestad)
La oveja feroz
16.03.15
La oveja feroz
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