La política de no prevenir incendios o
no castigar a los culpables con penas disuasorias por parte de la Xunta de
Galicia ha llevado a esa misma Xunta a tener que tomar una medida excepcional: vallar las
últimas hectáreas de bosque de la comunidad, con protección día y noche, para
que los niños sepan cómo eran los árboles en tiempos de sus abuelos.
También se crea en Galicia
un máster en chapapote y cómo escurrir el bulto tras contaminar toda la costa.
Nunca mais se dirá “nunca mais”.
La
oveja feroz
17.08.14
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