Durante la administración socialista, y la inesperada, e indeseada por muchos de sus votantes, entrada en la OTAN, aprendimos lo que valen las promesas electorales. Durante la época de Aznar aprendimos de lo que son capaces los empresarios que se meten en política o las oportunidades de negocio que se brindan desde el poder a los amigos. Durante muchas elecciones municipales, y gracias a ciudades como Marbella, Ceuta y otros municipios del sur de España, hemos aprendido de lo que son capaces los votantes. En ciudades como Castellón y Valencia, la corrupción gana votos. Las perspectivas para el futuro no podrían ser más desalentadoras. Y sin embargo nos movemos...
La oveja feroz
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