Cuando
consideramos que Newton, Locke, Clarke y Leibniz hubieran sido perseguidos en
Francia, encarcelados en Roma y quemados en Lisboa, ¿qué idea debemos formar
de la razón humana? La razón humana
nació en ese siglo en Inglaterra. Hubo
allí en los tiempos de la reina María una persecución tenaz sobre el modo de
pronunciar el griego, y los perseguidores se equivocaban. Los que castigaron a Galileo se equivocaron
mucho más; y todo inquisidor debía avergonzarse cada vez que veía una esfera
de Copérnico. Si Newton hubiera nacido
en Portugal y un dominico hubiera creído que era una herejía la razón inversa
del cuadrado de las distancias, hubieran revestido con un sambenito en un auto de fe
al caballero Isaac Newton. Estas conjeturas de Voltaire podrían ampliarse
de haber conocido el librepensador francés el ascenso de Mr. Trump.
La oveja feroz
28.11.16