miércoles, 31 de marzo de 2010

Providencia previsora

En un viejo libro de sermones, un tal Milsom nos dice que entre las muchas pruebas de la sabiduría y benevolencia de la Providencia residía en no haber creado el mundo durante el invierno, cuando Adán y Eva no hubieran encontrado nada que comer, sino en tiempos de cosecha, cuando había frutos en los árboles que llevarse a la boca. Otro comentador de lo divino alababa la Bondad Divina por haber hecho que los ríos más caudalosos circulasen cerca de las ciudades más populosas. Y es que los designios de la providencia pueden ser inescrutables, pero los diseños edénicos o urbanísticos responden a una planificación escrupulosa.

La oveja feroz
31.03.10

domingo, 28 de marzo de 2010

Seres simulados

¿Quién puede asegurar que nosotros no estamos siendo simulados por un ordenador, un ordenador todo lo potente que se quiera, pero ordenador al fin, y que nuestro universo, nuestra personalidad y nuestros actos no sean sino respuesta a programas confeccionados de un superanalista? Muchos científicos creen que todos los sistemas físicos pueden reducirse a ristras de algoritmos que semejan programas de ordenador, y que, siguiendo este hilo, podrían confeccionarse programas cada vez más refinados, con mayor cantidad de datos, hasta que lograsen simular sistemas que, en todos los sentidos, fueran indistinguibles de la realidad. La profecía de Negroponte, quien auguraba que alguna vez viviremos dentro de los ordenadores, puede que ya se hubiera cumplido en un pasado remoto y nosotros no seamos sino respuestas a programas complejos. Yo, al menos, sí que puedo imaginar programas tan complejos que sus productos sean indistinguibles de la realidad, y no me escandalizo. Pobres de aquellos que odian los ordenadores, que echan pestes de la informática, ellos, pobrecitos, que se creen únicos, seres en sí y para sí, o en sí y para Dios, y que no serían sino una ristra de algoritmos de un ordenador genético de tan extrema complejidad que, por cobardía, o ignorancia, lo denominan Dios o nomenclatura similar. A los que no nos importa ser simples (o no tan simples) programas, simulaciones dentro de un ordenador, o simulaciones de simulaciones, tampoco nos preocupa dar un nombre a este super analista que nos crea. Que se llame Pepito, o Ughtrz, ¿qué más da? Aprovecha que está en marcha el programa y trata de “vivir” todas sus posibilidades antes de que cambie de juego o desenchufe el aparato.
Puede que Rouco Varela y la COPE no existan; no les enchufes y disfruta de la vida

La oveja feroz
28.03.10

miércoles, 24 de marzo de 2010

Informe sobre el condón

Extracto de un informe de la Dirección General de Rentas Aduanas, acerca de R. O. de 18 de Noviembre de 1824, expedida por el Departamento de Hacienda, preguntando “qué es condón”: “...de aquí el que el uso de tal invento llamado condón, sea mirado por los gobiernos morales como un objeto digno de proscripción por su punible trascendencia en ciertos sentidos; y aun los libertinos de la fatal época constitucional trataron de zaherir hasta el más vil extremo la recomendable reputación del mártir Vinuesa, publicando se le había encontrado una porción de camisas embreadas, bajo cuya voz paliaron la de condón, que después procuraron vulgarizar. No es extraño, pues, que no la haya hallado V. E. en el Diccionario de la Lengua Castellana; pues además de ser una voz exótica, la Academia de la lengua no puede contribuir a que se le de a este artículo más notoriedad de la que por desgracia tiene ya. Es combustible y digno de pulverizarse en cualquier parte en que se halle y por cualquier persona que conserve ideas de pudor. Cree la Dirección que con lo expuesto ha llenado todos los extremos que comprendía la precitada R. O. Madrid, 20 de Noviembre de 1824. Francisco López de Alcaraz. Excelentísimo Sr. Secretario de Estado y del Despacho de Hacienda.”
Estas palabras, escritas hace casi dos siglos, suenan tan actuales que asustan. Uno no se sorprendería de leer que la Academia todavía colaborase con la moral y las buenas costumbres para preservar la inocencia de la España Eterna. Y eso asusta, asusta el que uno todavía pueda imaginar que eso pueda ser posible. Porque eso significa que en el fondo, poco ha cambiado este país, poco sus instituciones, poco sus fuerzas seculares. La moderna España, sospecha uno, es un mero barniz, un barniz presto a desaparecer al menor contratiempo social. Sí que es combustible y digno de pulverizarse, pero no el condón, sino la España Eterna, el Casticismo Carpetovetónico, la Tradición y su puta madre.

La oveja feroz
24.03.10

sábado, 20 de marzo de 2010

Refinamiento culinario… por los huevos

Según Roland Barthes hay una casuística del gus¬to: el gusto debe estar siempre alerta; ejercitarse en la sutileza, en la minucia; Brillat-Savarin cita con respeto a los glotones de Roma, que sabían distinguir por el sabor los peces pescados entre los puentes de la ciudad y los cogidos más abajo, o a esos cazadores que llegan a percibir el sabor particular del muslo en el que se apoya la perdiz para dormir. Y de Roma a Gerona, donde con los suculentos no-platos del Bully uno puede para hambre a precios astronómicos. Todo lo cual nos indica que la estupidez de la “alta cocina” frecuentó los ágapes romanos, la cocina francesa de la Restauración y la hodierna Cataluña gastronómica. Los pardillos son eternos.

La oveja feroz
20.03.10

miércoles, 17 de marzo de 2010

Leyes de García

Con tanta ley pululando por ahí, uno no puede evitar elucubrar las propias. Estas son las mías:
Leyes de García:
1ª) Si te dedicas a leer mucho las leyes de Murphy y similares, no podrás evitar escribir las tuyas propias.
2ª) Si tu fila avanza más rápida que el resto, la alegría te impedirá acordarte de la ley de Murphy que semejante hecho contradice.
Corolario a la 2ª ley: Al final, cuando llegues a la caja con varios cuerpos de adelanto sobre tus competidores, se le acabará a la cajera el papel de la registradora y no tendrá repuesto o tendrá que ausentarse por algún motivo desconocido. El caso es que los que permanecían en las restantes filas acabarán antes que tú.
3ª) Errar es humano. No reconocer que se ha errado, también.
4ª) Por mucho éxito que alguien tenga, por mucho que su fama se extienda por varios continentes, siempre serán más los que le ignoren, incluso los que les importe un pimiento que ese señor exista.
5ª) Cuando no sepas zafarte de una discusión, acusa a tu oponente de “maniqueísmo”. No sabrá responderte.
6ª) Si tras mucho esfuerzo logras lucubrar un pensamiento filosófico original, no faltará algún amigo listillo que te informe que eso ya lo había pensado algún griego siglos antes de nuestra era.
7ª) Si quieres profetizar algo sin temor a equivocarte sólo tienes que fechar el suceso más allá de tu esperanza de vida.

La oveja feroz
17.03.10

domingo, 14 de marzo de 2010

Décimoquinta epístola a los adefesios

Queridos adefesios:

Hoy quiero hablaros de otro profeta de nuestro credo: TIMOTHY LEARY. El nombre de Timothy Leary está indisolublemente ligado al LSD y los años sesenta, incluso después de convertirse en escritor y diseñador de juegos de ordenador destinados a expandir la mente. Durante su dilatada vida ha perpetrado acciones y generado situaciones que le dan derecho a ser nombrado profeta de los Adefesios.
Timothy Leary, queridos adefesios, descubrió el LSD cerca de los cuarenta años y preconizó la experimentación y la ampliación de las conciencias por medio de este tipo de drogas. Fue la defensa a ultranza de tales sustancias lo que le obligó finalmente a renunciar a su puesto de profesor en Harvard. Aparte de las drogas psiquedélicas, a Leary le preocupaban de forma especial materias como la mutación, el ADN, la evolución cerebral; en suma, todo lo que generase cambio. Estudioso de la neurología, llegó a describir ocho circuitos del cerebro, descripción pionera y singular, y todavía vigente para muchos estudiosos. También le obsesionó la prolongación de la existencia y los proyectos de migración exterior como medio de supervivencia de la especie.
A Timothy Leary le agradaba los actos espontáneos, chocantes, una especie de codazo en las costillas, un travieso empujón hacia lo diferente. Opinaba que el humor y la sátira sin vejación eran la esencia de los cambios de consciencia. Como nosotros los adefesios. Veía algo exploratorio en las gamberradas, algo que sacudía la inercia de las cosas, que es la técnica básica de la evolución.
En su período de Harvard coincidió con un grupo de gente de privilegiado talento, y talante, como Aldous Huxley y Alan Watts. Leary y su equipo se concentraron en el estudio de la potencialidad de las drogas psiquedélicas para cambiar el comportamiento de las personas. Esta labor les llevó a visitar y experimentar dentro de las cárceles, el lugar adecuado cuando se desean observar cambios de comportamiento, pues al recluso que abandona la prisión siempre se le presentan las posibilidades de reincidir o enmendarse. El programa consistía en tomar LSD junto con prisioneros peligrosos que se ofrecían voluntarios. Explicaban primero a los reclusos lo que iban a hacer, dejando claro que no se lo iban a hacer a ellos sino que lo iban a hacer con ellos. Al realizar su primera experiencia, Leary y su grupo no pudieron evitar pensar que colocarse en compañía de varios de los homicidas más peligrosos del mundo era algo absurdo, chiflado, una locura no exenta de temeridad. Leary recordaba especialmente un momento durante una de sus primeras sesiones, cuando los reunidos se quedaron quietos mirándose unos a otros. Ellos, los psicólogos, tenían miedo de los convictos, desde su académica concepción una pandilla de maníacos peligrosos, y ellos, los reclusos, tenían miedo de Leary y su gente, a quienes tomaban por científicos chiflados. Recuerda que durante ese instante de mutua contemplación, ellos manifestaron: "¿Qué ocurre?" Y que él respondió: "Bueno, es que nos dais miedo." Ellos se rieron y dijeron: "Bien, pues nosotros también tenemos miedo de vosotros." Y todos estallaron en carcajadas de alivio. Los experimentos con reclusos duraron dos años, y durante ese tiempo Leary y su equipo trataron de ayudarles por todos los medios, bien informando favorablemente para que consiguieran la libertad condicional o facilitándoles la reinserción una vez afuera. Todo el asunto, visto desde la perspectiva de Timothy Leary, no fue sino una gran broma, una maravillosa experiencia, en abierto contraste con las sagas tipo Crimen y Castigo que gustaba a una sociedad amante de la gran ópera de la criminalidad. ¿O no era toda una experiencia doparse con reclusos en una cárcel de máxima seguridad con la aprobación de las autoridades? Como dato anecdótico, y quizás esclarecedor, el experimento redujo la tasa de reincidencia en Salem, Massachusetts, en aproximadamente un 75 %.
Otra tocada de bolas que Leary realizó cuando trabajaba en Harvard tuvo como objeto la escuela de Teología. Él y su grupo se hallaban trabajando con unos treinta alumnos de teología. Era viernes santo y suministraron a los estudiantes psilocybin, un hongo alucinógeno, para averiguar si con dicha sustancia lograban experiencias místicas. Al principio la sesión se inició con gran seriedad, el capellán entonando himnos sacros, pero al final se convirtió en un gesto de afirmación vital que se tradujo a su vez en continuas carcajadas y expresiones de goce y felicidad. A tenor de sus posteriores relatos, los sujetos expuestos alcanzaron estados donde todo era calidez y gracia, algo difícil de describir con meras palabras. De esa forma ayudaron a futuros religiosos a experimentar estados místicos que trascendían las Iglesias y sus rituales.
Para Timothy Leary la trastada inteligente, filosófica, vital, es aquella que abre la mente o proporciona nuevos conocimientos sobre uno mismo. En ese acto nuevo y temmerario tú no haces nada a nadie, simplemente invitas a alguien a hacer algo, algo que le descubra nuevos horizontes a la experiencia. Cuando el LSD se declaró ilegal y las drogas comenzaron a perseguirse como productos demoníacos, Leary tuvo que abandonar Harvard.
Timothy Leary fue patrocinador y defensor del proyecto H.O.M.E. (High Orbital Mini Earths), un proyecto que preconizaba la salida de este planeta como solución a la degradación moral y medioambiental que sufría el mundo. Esta idea estaba basada en su premisa de que el cerebro del hombre estaba desarrollando circuitos que le preparaban para la emigración orbital, teorías que se resumían en la consigna S.M.I2.L.E. (Space Migration, Intelligence Increase, Life Extension). Para el proyecto H.O.M.E. se creó incluso una sociedad anónima fundada por George O'Neil con el mismo nombre y con una primera emisión de 5.000 acciones. También se creó otra sociedad denominada AMROC (The American Rocket Company), que fabricaría las estaciones orbitales que permitirían llevar a cabo el proyecto de mini mundos en el espacio. El primer vuelo de la sociedad se programó para 1989. Ambas compañías fracasaron.
Leary tuvo una vida muy agitada. Estuvo encarcelado varias veces, y varias veces huido. En una de sus fugas, fue detenido por miembros de la CIA en el aeropuerto de Kabul, en Afganistán, hecho que provocó gran polémica en medios marginales por lo que consideraban una detención ilegal. Desde la cárcel mantuvo correspondencia con sus amigos y profundizó en sus ideas y proyectos. Hizo adeptos entre los reclusos.
Leary poseía una personalidad cautivadora, pero era a la vez dialéctico y flexible en sus razonamientos: "Te ruego, te pido que no creas todo lo que digo. Ni yo mismo lo creo." Su visión del hombre podría resumirse en la siguiente frase: "O bien te conformas con ser un extra mal pagado en una película ajena en blanco y negro o te instalas en el sitio del conductor de tu propio cerebro."
Timothy Leary murió en Junio de 1996. Loemos a este profeta de nuestro credo.

La oveja feroz
13.03.10

Mensaje de nuestros patrocinadores:

jueves, 11 de marzo de 2010

La escalera de la humillación

La cadena de la humillación es larga, pero finita, y suele terminar en el eslabón más débil. Imaginen que todo empieza por un informe informático, erróneo, que alarma al banquero. El banquero llama al embajador que cena con el general que emplaza al presidente que intima al ministro que amenaza al director general que humilla al gerente que grita al jefe que putea al empleado que desprecia al operario que maltrata a la mujer que golpea al hijo que patea al perro. El perro, ese es el pagano.
Vivimos en tiempos de amor y de guerra, como bien sabe Eduardo Galeano, de quien he tomado la idea. Salud y mujer pública.

La oveja feroz
11.03.10

sábado, 6 de marzo de 2010

El uniforme transforma

Eduardo Galeano cuenta una historia aleccionadora. Dice este escritor uruguayo que Miguel Littin, el director de cine chileno, le contó que durante el rodaje de la película La tierra prometida en el valle de Ranquil, necesitó muchos extras tanto para hacer de campesinos y de soldados. Como la mayoría eran campesinos, se representaban a sí mismo. En la película, los soldados invadían el valle y a sangre y fuego arrancaban las tierras a los campesinos. La película era la crónica de la matanza. Pero al cabo de unos pocos días los campesinos que vestían uniforme, iban a caballo y disparaban balas de fogueo, se habían hecho arbitrarios, mandones y violentos. Ellos acosaban a los otros campesinos después de cada jornada de filmación. Y es que el uniforme no sólo define, también contagia. ¡Quemémoslos!

La oveja feroz
06.03.10

martes, 2 de marzo de 2010

Libro que usted jamás pensó que existiera - II

¡Roba este libro!
Autor : Abbie Hoffman, 370 páginas



Abbie Hoffman ha sido el mayor líder contracultural de los EE.UU. durante la segunda mitad del siglo XX. Fue uno de los ocho procesados por los sucesos de Mayo del 68 en Chicago. El libro que nos ocupa, que ninguna editorial quiso publicar y ninguna cadena de libros distribuir, es un manual de uso recomendable para toda persona que viva en la marginalidad y practique la filosofía de la contracultura. Abbie, que sabía que la juventud no se adapta a la sazón que necesitan los idearios burgueses, quería dar con este libro un grito propio de su talento epilepsíaco: ¡Despertad, en pie, o quedad postrados para siempre! Se estima que de este libro se han vendido (o robado) más de un millón de ejemplares. Escrito a la manera de un manual, este libro enseña cómo llamar gratis por teléfono (a Abbie le encantaba joder a las compañías telefónicas), comer de gorra, vestir por la jeta, robar en los supermercados, fabricar cócteles molotov, organizar revueltas... Todo lo que usted siempre quiso saber para combatir al Sistema pero no se atrevía a preguntar. Si bien algunos de los consejos proporcionados se han quedado anticuados, el espíritu que los motivó sigue vivo, muy vivo.
Debo confesar, aunque Abbie se enfade desde el otro mundo, que yo no robé el libro, lo compré. ¡Qué le vamos a hacer!

La oveja feroz
02.03.10