lunes, 26 de junio de 2017

Críticas cinematofágicas: 10 negratas

Diez negratas

Basada en la novela del mismo título de A. Gatas Cristi, esta película de suspense llega a nuestras pantallas después de un calvario legal debido a la querella impuesta contra ella por el Instituto Anti‑racista Americano (Love Negroes Institute). La historia trata de un grupo de diez amigos blancos que se reúnen en un lugar apartado del África tropical para rememorar su juventud. Cada personaje va acompañado por un sirviente de color, de color negro. Los sirvientes van muriendo uno a uno de forma extraña hasta llegar a sumar diez, pues de haber sido menos, o más, el título de la película hubiera tenido que cambiar, y los productores no estaban para cambios. Siguiendo con el relato, los diez blancos se quedan sin negros. Todos sospechan que la muerte de su sirviente es una venganza de los otros convidados y que ahora les toca a ellos prepararse el Cola Cao. Ante semejante tesitura, sin lacayos que les sirvan y les vistan y, lo que es peor, sin porteadores de equipaje, deciden viajar a Nairobi, donde es fama que adquirir un nuevo sirviente de color cuesta muy poco. Antes de despedirse prometen no volver a reunirse a menos de llevar dos sirvientes, uno de reserva por si el otro termina sacrificado. Rodada en blanco y negro por el director novel Kukus Klaus, la película está actualmente prohibida en todo el África tropical. Producción patrocinada por Nutrexpa.

Fred Cineman

26.06.17

lunes, 19 de junio de 2017

Cosas de religión

San Jerónimo, en la Historia de los Padres del desierto, refiere que un centauro tuvo una conversación con San Antonio el ermitaño; y luego cuenta una entrevista mucho más larga que el mismo San Anto­nio tuvo con un sátiro.  San Agustín, en su sermón treinta y tres, dice cosas tan extraordinarias como San Jerónimo: «Era ya obispo de Hipona cuando fui a Etiopía con algunos servidores de Cristo para predicar allí el Evangelio.  Vimos en aquel país muchos hombres y mu­jeres sin cabeza, que tenían dos ojos grandes en el pecho; y encontra­mos en regiones más meridionales un pueblo, cuyos habitantes no te­nían más que un ojo en la frente» etcétera. Eso lo he sacado de Voltaire. Si este librepensador francés hubiera visto la guerra de zombies que es el asalto a las rejas de la virgen del rocío, ¿no pensaría que San Agustín, San Gerónimo y todos los otros visionarios eran unos pardillos sin imaginación. Pues ahí estamos. Este mundo no lo arregla ni Dios. Ningún Dios. Buena nos espera.

La oveja feroz

19.06.17