Críticas cinematofágicas: Esta
cosa es una ruina
Comedia que presenta a unos recién casados en
viaje de novios. Llegan a un hotel de Acapulco y se prestan a iniciarse en los
deberes conyugales. Después de aguantar todo tipo de bromas y alusiones de los
empleados mexicanos del hotel (a ella se le da incluso un racimo de plátanos
con la leyenda: úsese en caso de necesidad), se encierran en la habitación y se
desvisten. En ese primer encuentro el marido no puede cumplir. Alega cansancio
del viaje. El segundo día la excusa es los chiles del restaurante y al tercer
día el agobio del calor. La mujer comienza a mirar a los plátanos, que ya
comienzan a marchitarse, con un nuevo tipo de hambre. Así, excusa tras excusa,
transcurren los diez días de luna de miel. Se despiden del hotel, él
abochornado y ella con un nuevo acopio de plátanos para llevarse a Colorado,
donde viven. De vuelta en su ciudad, él pide tiempo para recuperarse y consulta
con varios médicos y con dos curanderas. Los médicos le animan y le pasan unas
minutas de escándalo, las curanderas se ríen y le dicen que no tiene remedio,
que esa "cosa" es una ruina. La cosa termina bien, en unos diez
centímetros, pero cuando la mujer ya se ha largado con el lechero y el marido
ha descubierto que quien en realidad le gustaba era el botones de la oficina
donde trabajaba. Convincente Tom‑Tom Honks en el papel de marido y discreta
Goldie Jaw en el suyo. La película consiguió el premio del jurado del New York
Gay Association Festival.
Fred
Cineman
Crítico de su majestad