Abulafía
Intensamente carismático, participó en
varias intrigas políticas, entre ellas el curioso proyecto de convertir al papa
Nicolás III al judaísmo. Anunciada su intención, emprendió el viaje a Roma,
donde el Papa, que como la mayoría de los buenos cristianos de la época era un
acérrimo antisemita, hizo preparar una estaca para poder quemar vivo a
Abulafia tan pronto como fuese habido. En efecto lo hicieron.