lunes, 22 de agosto de 2011

Nerón degenerado

Nerón decía: Quam vellem nescire litteras! (¡Querría no saber escribir!) Nerón aspiraba al no lenguaje de las bestias. El emperador se esforzó por hacer del bestialismo una suerte de teatro. Tres fuentes lo confirman.
En Suetonio (Vida de los doce Césares XXIX, 1): «Nerón prostituyó su pudor hasta tal punto que, después de haber mancillado todas las partes de su cuerpo, acabó ideando esta nueva forma de juego (lusus): vestido con la piel de un animal salvaje (jerae pelle contectus), se lanzaba desde una jaula (cavea) sobre las partes pudendas (inguina) de hombres y mujeres atados a un poste (stipidem) y, después de haber saciado abundantemente su lubricidad, se entregaba a su liberto Doriforo.»
En Dión Casio (Historia de Roma LXIII, 13): «Después de haber ordenado atar a un poste en forma de cruz a muchachos y muchachas desnudos (gymnás), se envolvía con la piel de un animal (doran theríou), se abalanzaba sobre ellos, los asaltaba impúdicamente y movía los labios como si estuviera comiendo algo (hósper esthíon).»
En Aurelio Víctor (De Caesaribus V, 7): «Ordenaba atar juntos a hombres y mujeres como si fueran criminales y, después, vestido con la piel de un animal, hurgaba con la cara en los genitales de ambos sexos (utrique sexui genitalia vultu contrectabat) y, con mayor infamia todavía, incitaba a las parejas a cometer inmundicias aún más abyectas (exactor).»
Ríanse ustedes de Hannibal Lecter, o de Strauss-Kahn.

Por cierto, la información está tomada de Patrick Quiqnard: El sexo y el espanto.

La oveja feroz
22.08.11


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