domingo, 18 de diciembre de 2011

Crónicas murcianas

Nuevo libro de ciencia ficción (o política ficción) de venta exclusiva en inmobiliarias y en un garito de la calle Génova.


Crónicas murcianas
de
Rah Joy Braburi

Serie de relatos sobre una tierra seca y yerta, un paisaje de canales secos, un planeta rojo de ira y ocre de color. Los mares que parecen divisarse desde el aire, son mares de plástico, plásticos que recubren los cultivos intensivos de pimientos rojos como la tierra, rojos, y azules como la política, azules.
Los relatos que contiene el libro pertenecen, más que a la ciencia ficción, a la caradura ficción, por no decir que a la política ficción, también llamada prevaricación. Fueron escritos cuando se creía que había vida en Murcia. Hoy las historias han perdido mordiente al saberse que allí sólo habitan constructores y los paisajes desolados son urbanizaciones sin agua y campos de golf que se mantienen con la orina de los jugadores. En una de las historias, titulada “la sombra del campo de golf es alargada”, un constructor se topa con un lugareño que le pregunta por qué construye un campo de golf si sabe que no hay agua, ni hierba, ni ganas, ni nada. El constructor, entonces, saca un maletín y soborna al lugareño con un montón de dinero para que declare a las autoridades que cerca de allí manan manantiales parleruelos y los pozos producen agua a raudales. El lugareño se niega y es acusado de entorpecer el progreso de la nación, la puta nación, y es denunciado ante las autoridades, que amenazan con encarcelarle, por lo menos hasta que se apruebe el plan que declare las marismas y desiertos, solar urbanizable. Su única vía de escapar del castigo es firmar una petición para un trasvase interplanetario que les permita usar el agua de un planeta cercano, llamado Arrakis-Monegrón. El lugareño así lo hace, pero resulta que pertenece a la brigada anticorrupción de la galaxia. El constructor es juzgado pero los jueces lo dejan libre de culpa y de parné. Termina la historia con el constructor caminando por un erial, pensando en la promoción de los dos millones de chalets que no tendrá lugar, y viendo en imaginario la bonita proyectada urbanización con su agua de espejismos y su riego mental, que es lo que les falta a los constructores: riego mental. El final, con el constructor muriendo de sed entre las dunas de la parcela, es ejemplar.
El resto de las historias sigue el mismo patrón, lo que provoca cansancio en el lector, harto de tanto trapicheo y tanto desbarajuste ecológico. La editorial Trasvasera-PP, con sede en la calle Génova, ofrece junto con el libro un DVD de lavado de cerebro gratuito. Gratuito el DVD, no el lavado de cerebro que, como suele suceder, se paga muy caro.

Lambert O'Really
Crítico de su Majestad

La oveja feroz
18.12.11



1 comentario:

  1. Hace dos décadas estuvimos en Murcia, en La Manga.Lo que mas llamó mi atención fueron los edificios,que me parecieron demasiado pesados para esa lonja de tierra que sobresale de las aguas.Igualmente pensé que los ingenieros ya habrian hecho adecuadamente sus cálculos para edificar dichas obras.Una pena. Ya entonces habian arruinado el paisaje.

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