Un
diputado proveniente del medio rural de una provincia que no mencionamos por
“el qué dirán”, ha resultado atropellado esta mañana en el Congreso de los
Diputados cuando se le ha pedido que enviase un mensaje por twitter con su
móvil. El buen señor ha respondido con un “¿mande?” que ha despertado las
sospechas de sus señorías. De esta forma se ha sabido que el hombre no sólo no
tenía twitter sino que no sabía lo que era. Después de un tosco interrogatorio
se ha averiguado que el susodicho no tenía Internet en casa. Ordenador sí, pues
se lo había regalado un primo suyo, pero que creía que sólo servía para jugar
al solitario. Por supuesto ni idea de lo que era una tableta, ni Facebook, ni
el MP3, y menos el WhatsApp. El congreso ha decidido pagarle un curso intensivo
donde se le instruya en el manejo de las herramientas fundamentales de un
parlamentario en el Congreso: Twitter, Facebook, acceso a páginas de apuestas
deportivas, anuncios de contactos erótico-profesionales, la aplicación de
Apalabrados, etc.
La oveja feroz
29.01.13