sábado, 19 de julio de 2014

La enseñanza de la filosofía se reducirá al análisis de eslóganes publicitarios.



Dado el auge de la publicidad, su influencia cada vez mayor en la sociedad, el acaparamiento de espacios en todos los medios audiovisuales, la enseñanza de la filosofía ha dado un giro brusco y ha decidido a profundizar en los mensajes publicitarios, en especial los eslóganes de las distintas marcas. No más Platón, no más Kant ni escolástica ni existencialismo. El análisis de los mensajes publicitarios, según los responsables académicos de las facultades de filosofía, es suficiente para comprender los mecanismos más íntimos de este melonar pensante que es el hombre. A través de los mensajes, de su eficacia, se sabrá qué impulsa al homo sapiens, qué le incita, qué le invita a seguir comprando, sinónimo de seguir viviendo. Desde un champú que deja el pelo suave y frondoso hasta un teléfono inteligente de última generación, desde un automóvil de bellas líneas aerodinámicas a unas sopas instantáneas, la publicidad descubre las verdaderas apetencias del hombre, sus más introspectivos deseos, en fin, radiografía su ser mejor que todos los tratados filosóficos del pasado, ya obsoletos. Por último, advierten las autoridades académicas que en algunas facultades se prohíbe a los materialistas estacionarse en lo absoluto.

La oveja feroz
19.07.14

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