lunes, 22 de febrero de 2016

Canuto final

Me he enterado que cuando murió Jerry García, el líder del grupo The Grateful Dead, su cuerpo fue incinerado y sus cenizas mezcladas con marihuana; con la mezcla se confeccionaron porros y en una ceremonia privada, su familia, los restantes miembros de la banda y algunos amigos escogidos se lo fueron fumando, pasándoselo de unos a otros. Esto es la verdadera comunión. Nada de transubstanciación, nada de convertir el vino en sangre y el pan en carne, actos mórbidos y macabros. Mejor el humo, el humo que tonifica y divierte. A mí ya se me ocurrió la idea cuando elucubre el siguiente anuncio:

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