Seguimos
con nuestras propuestas de lenguaje proanimalista, políticamente correcto y
mongoloide de cojones:
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“Ande yo caliente y ríase la gente”. Qué poca solidaridad se encuentra en este
dicho español. Qué arrogancia, que ofensa a los que sufren pobreza energética.
Propongo cambiarlo por “Andemos calientes las gentes rientes, todas”. Bien que no
rima al final, pero se perfila como una consigna igualitaria.
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“Burro grande, ande o no ande”. ¿Y qué pasa con el borriquillo chiquito, el
asniño, el minúsculo onagro? Que falta de aprecio a lo pequeño. He aquí como
debería decirse “Burro, grande o chico, dense el pico”.
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“Ante la duda, la más tetuda”. Dios mío, qué falta de consideración para con la
mujer… de pechos pequeños. ¿Es que ellas, los poco pechugonas, no son criaturas
de dios? ¿Si se las pincha, no sufren; si hacen dieta, no adelgazan; si
menstrúan, no sangran como las demás? Cámbiese por “Ante la duda, la más
madura”.
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“Cada loco con su tema”. Qué desprecio ante el mal psíquico, qué incomprensión
hacia el pobre alienado. Los locos (llamémosles disminuidos psíquicos) también
tienen sus corazoncito y merecen el respeto de los hablantes. Transformemos el
proverbio en “Cada disminuido psíquico con su obsesión involuntaria”.
La
oveja feroz
31.12.18