Críticas cinematofágicas: Levando
ancas
Levando ancas
Comedia pseudo bélica cuyo argumento
transcurre en los mares del sur. Una corbeta yanqui recala en unas islas de la
polinesia: Los marineros, ataviados de primera comunión y ostentando sonrisas
profidén y billetes de la más apreciada divisa, saltan a tierra dispuestos a
conquistar a las lindas pobladoras de la paradisíaca isla. Comedia con moralina
y menos sexo que una misa católica. Las peripecias que les pasan a los
buenecitos y confiados nautas son pueriles. Lo único bueno es el número de
vodevil que da título a la película, en el que un grupo de bellas polinesias
"leva ancas" delante de una troupe
de beodos marineros que se pierden el espectáculo. Demasiado azucaradas las
relaciones amorosas entre un Frank Sinotra, sin otra gracia que ser
veinteañero, y una Hono Lulú que, aparte sus exóticos rasgos, no da la talla
donde debe darla, esto es, en las caderas y en el busto. El director, Henry Hat‑Away,
tira la gorra artística al haber aceptado hacer este bodrio para la RKO, que
deja KO al espectador. Apta para quienes huyen de la realidad y gustan de
sumergirse en la estupidez en Technicolor. Lo mejor de la película, el The End
final.
Fred Cineman
Crítico de su majestad