domingo, 26 de abril de 2020

Críticas cinematofágicas: Levando ancas


Críticas cinematofágicas: Levando ancas

Levando ancas

Comedia pseudo bélica cuyo argumento transcurre en los mares del sur. Una corbeta yanqui recala en unas islas de la polinesia: Los marineros, ataviados de primera comunión y ostentando sonrisas profidén y billetes de la más apreciada divisa, saltan a tierra dispuestos a conquistar a las lindas pobladoras de la paradisíaca isla. Comedia con moralina y menos sexo que una misa católica. Las peripecias que les pasan a los buenecitos y confiados nautas son pueriles. Lo único bueno es el número de vodevil que da título a la película, en el que un grupo de bellas polinesias "leva ancas" delante de una troupe de beodos marineros que se pierden el espectáculo. Demasiado azucaradas las relaciones amorosas entre un Frank Sinotra, sin otra gracia que ser veinteañero, y una Hono Lulú que, aparte sus exóticos rasgos, no da la talla donde debe darla, esto es, en las caderas y en el busto. El director, Henry Hat‑Away, tira la gorra artística al haber aceptado hacer este bodrio para la RKO, que deja KO al espectador. Apta para quienes huyen de la realidad y gustan de sumergirse en la estupidez en Technicolor. Lo mejor de la película, el The End final.

Fred Cineman
Crítico de su majestad

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