sábado, 22 de agosto de 2020

Críticas cinematofágicas: Babe, la cerdita caliente

 

Críticas cinematofágicas: Babe, la cerdita caliente

 

Babe, la cerdita caliente

 

A una granja de rígidos presbiterianos llega una cerdita ganada en una tómbola agrícola. La cerdita es acogida por una familia de perros. Cuando crece, la cerdita es tan cerdita, que pervierte a los cachorros que son como hermanos y los seduce y se dice que eran doce. Su fama de cerda se propaga por toda la granja y animales de todas las clases acuden para consolar a la cachonda marrana. Pronto su fama de guarra se propaga fuera de los lindes de la granja y a todas horas podía verse multitud de animales haciendo cola, y más colas y colas, hasta que el dueño, presbiteriano-calvinista, hace números, le gustan, los bendice y monta un negocio. De la pocilga hace un lupanar y se forra. La cerdita es presentada a premios de guarrez por todo el condado, ganándolos, dando así fama a su amo y a su granja. Hasta que su amo, calvinista-presbiteriano de poca fe, siendo su esposa una vieja gorda, mira con ojos pillos a la cerdita y nota su atractivo y la invita a pasear por los establos cuando éstos están vacíos. La cerdita, inocente, acude, y el amo le acaricia los lomos, los jamones, y se excita (el amo) y la incita... La película, con moraleja presbiteriano-calvinista, termina con el cerdo en lonchas, capricho del ama que ha descubierto el juego del marido. Película para niños de 40 años o zoofílicos de cualquier edad. Dirigida por la realizadora Piggy Sue para BuenaBestia International.

 

Fred Cineman

Crítico de su majestad