Críticas cinematofágicas: La
disputada bota del señor cayo
La disputada bota del señor
Cayo
Película costumbrista basada en la novela
homónima de Mikel de Libes. Dos representantes de dos formaciones políticas
antagónicas se presentan en el pueblo del señor Cayo para disputarse su
intención de voto. El señor Cayo es un campesino y el único habitante del
pueblo. Vive sin televisión, y sin radio, ni siquiera tiene CD‑Rom. Los dos
políticos llegan al pueblo a la vez y con una sed del carajo. Al ser invitados
a la casa del señor Cayo, le piden de beber. El señor Cayo, calló. Preguntado
por su mutismo, contestó que tenía una bota, pero que sólo había vino para uno
y que tenía dudas sobre quién debía bebérselo. Entonces comienza una lucha
dialéctica entre los dos antagonistas, cada uno esgrimiendo argumentos
históricos y sociológicos en apoyo de su derecho a disfrutar del único trago de
la bota del señor Cayo. Tanto argumentan y discuten, que el lance verbal dura
horas, con lo que le asalta la sed al señor Cayo quien, mientras escuchaba un
argumento ad hominem del diputado
socialista, acabó sin contemplaciones el exiguo contenido de su bota. Los
contendientes políticos, al contemplar acto tan insolidario, detuvieron su
discusión y se miraron. Cabreados por el desconsiderado comportamiento del
representante del pueblo, decidieron tornar a Madrid no sin antes comunicar al
señor Cayo que se olvidara de la subvención por habitar un pueblo en peligro de
extinción. Los dos representantes cogieron sus respectivos vehículos oficiales
y se encaminaron hacia la capital, donde quedaron para cenar en un restaurante
de lujo con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Película del joven
director Moncho Albridge que desvela sin tapujos las intenciones de los
salvadores de la patria. Película para alquilar en video cuando nos hayan
llevado la que queríamos.
Fred
Cineman
Crítico de su majestad
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