miércoles, 25 de enero de 2023

El valiente Queipo de Llano

 

Queipo de Llano se dirige a su audiencia en una de aquellas melopeicas charlas radiofónicas que le hicieron célebre durante la guerra civil. Nada como un dictador enchufado a un micrófono y a una botella para asombrar al mundo y pasmar a la posteridad. Se refiere Queipo ese día al bombardeo con el que la aviación roja, que no respeta nada, ha castigado a la basílica del Pilar de Zaragoza. Todo inútil, porque la España nacional cuenta con la singular protección de esa Virgen que ha impedido que las bombas que atravesaron la cúpula del templo estallasen. Únicamente una lo hizo. Frente a la basílica. En esa ocasión, sin embargo, ha sido para mayor gloria del Alzamiento y de la Cruzada de la fe. Los adoquines que saltaron por los aires con la deflagración, al caer de nuevo al suelo lo han hecho de modo ordenado. Entre todos han formado estas palabras: «¡Viva la Virgen del Pilar!». El milagro arrasa literalmente en lágrimas el rostro del pío militar beodo, que ya en su día había nombrado a la Virgen de la Macarena «vendedora de lotería».

(Andrés Trapiello, Los Vagamundos)

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