La
Universidad de Michigan crean al primer lector in vitro. Después de años de
investigación y medios técnicos (retortas retóricas, encendedores Bunsen para
catalizar la afinidad con las corrientes literarias, placas de Petri donde
analizar textos, etc.), el laboratorio de Literatura Comparada de la
Universidad de Michigan (y yo me pregunto, ¿con qué la comparan?) ha presentado
a un nuevo tipo de lector con un gran futuro: el lector in vitro. Este lector
se confecciona con materia sobrante de otras especialidades universitarias, se
le instruye, se le condiciona genética y químicamente y voilá: un lector capaz
de tragarse todas las mamarrachadas que la moda editorial quiera endosarle:
sagas de códices secretos, crónicas vampíricas con amanecer incluido,
reminiscencias de la Guerra Civil española, capitanes de capa caída y triste,
las miles de sombras de grey y otros títulos de literatura de consumo. Se
estudió la creación de un lector in vitro de obras inteligentes y literatura de
altura, pero se desestimó por su poca viabilidad económica. Todas las grandes
cadenas de libros han celebrado este descubrimiento y esperan que pronto
proliferen en el mercado lectores in vitro, un proyecto al que aún achacan una
ligera capacidad crítica que los descubridores no han podido extirpar, pero sí
adormecer. Este nuevo tipo de lector, si bien ejemplares similares ya dominan
hoy el panorama de la lectura en casi todo el mundo, estarán listos a comienzos
del año que viene.
La
oveja feroz
30.11.12
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