Según
los católicos, si te mereces ir al cielo te prometen que allí te encontrarás
con tus seres queridos. Y yo me pregunto, ingenuo de mí, ¿y si alguno de los
seres a los que has querido han sido malos y han ido al inferno? ¿Tendrán un
duplicado en el cielo, para cumplir la promesa del altísimo? Porque los amigos
de un hombre pío no tienen por qué ser tan píos como él, o engañarle y bajo el
disfraz de hombres buenos haber sido unos cràpulas. Podría este hombre
recompensado con el cielo haber tenido un hijo ateo, comunista, homosexual.
¿Cómo una persona con tales antecedentes puede ser convocado al cielo, incluso
si hubiera sido un ser querido de un afortunado en esta lotería celestial? Pero
si no va, ¿dónde queda la promesa de Dios de reunir al bienaventurado con sus
seres queridos? Una paradoja que sería suficiente para desenmascarar ciertas
teologías complacientes.
La
oveja feroz
25.03.13
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