La intención de este blog es provocar. También, aliviar las neuras de una mente, la mía, atrapada entre ortodoxias. Persíguese probar el aguante a la irreverencia del ser humano, perenne subgenio. Nadie, sin embargo, se ofenda. Fácil es no leer lo que zahiere. Huyan de estas páginas los mojigatos de triple golpe de pecho, las felatrices con complejo de culpa, los ecologistas del solo “verde que te quiero verde”, los izquierdistas de seriedad estaliniana, los corruptos sin cargo oficial.
lunes, 23 de marzo de 2015
Críticas cinematofágicas: Vendedores o vendidos
Vendedores
o vendidos
Sinopsis:
Tras la Segunda Guerra Mundial, los criminales de guerra ‑o sea, aquellos que
la han perdido‑ deben ser juzgados en juicio sumarísimo. Para ellos los
británicos y americanos crean un tribunal especial y los nazis seleccionan a
aquellos peces flacos que deben ser sometidos al esperado juicio. Comienzan las
vistas y los ciegos jueces escuchan los alegatos y las defensas de los
juzgados. Y resulta que se dan cuenta de que faltan los verdaderos culpables, y
tanta cuenta se dan que su cuenta bancaria sube y, cuenta a cuenta, le echan
cuento y callan y otorgan y hurgan en lo que superfluye y condenan y condonan a
placer. Pero hay un yanqui bueno, de la prensa, que presa de equidad amenaza
con tirar de la manta. Lamenta luego su decisión, pues sufre un accidente que
le indica que es mejor callarse que llevar cayado. Pero ya es tarde: internado
por magulladuras a causa del mencionado accidente, le extirpan la laringe
dejándole mudo. Mudar no puede ya de parecer, ni de padecer, lo que le hace
hacer una rueda de prensa, rueda que rueda con las noticias de los vendedores o
vendidos. Película patrihortera de Henry Jotaway para conmemorar no sé qué aniversario
de la derrota alemana. El elenco de actores la convirtieron en una
superproducción de lujo: Richard WithMan, Burt Lacoste, Spencer Dick Tracy,
Cliff Robberson. Película recomendable para marines merinos.
En este blog de título tan largo trataré de comentar alguna imagen, fotografía o dibujo, para expresar alguna opinión, una especie de ejercicio literario y reflexivo a la vez. El elegir una imagen me ayuda a centrar el asunto a tratar. A veces con la imagen he confeccionado un chiste u ocurrencia. Quiero que la periodicidad de las entradas del blog sea semanal. Lo escribo para mi solaz y no para crear opinión. Ésta la pone el lector. Si lo hubiera. Zaragoza, 25 de septiembre de 2014.
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