lunes, 12 de octubre de 2015

Críticas cinematofágicas: Callo largo

Callo largo
Película de Hohn Juston para los estudios de la Paramount of Venus. Protagonizada por un joven Humpty Bogty y una lindísima Laurel Bucal, narra las peripecias de un gángster retirado en las poco rocosas costas de Florida. El gángster regenta un albergue que recibe huéspedes del Federal Bureau of Imserso (FBI). Un buen día se presentan en su establecimiento media docena de ex gángtsers colegas suyos, quienes le reclaman parte de un botín, según ellos, no repartido muy equitativamente. El gángster Ricky (Humpty Bogty) les aloja en unas habitaciones con vistas a la bahía y él se encierra en su habitación. Cuatro días más tarde los ex colegas de Ricky se extrañan de no verle y preguntan a la administradora (Laurel Bucal) qué pasa con Ricky. Avisado por la muchacha, Ricky baja a la sala de la senectud con una visible cojera. Alega que tiene un callo largo y que le roza con el zapato. A esta excusa le sigue la famosa frase de labios de Motty, el viejo gángster protagonizado por Eduardo Garcia Robinson: “No es precisamente un callo la chica que te has buscado” (She’s not precisely horny, buddy). Para escapar Ricky aduce una cita con su callista, pero los gángsters insisten en acompañarle y Ricky deja de cojear. En ese preciso momento doscientos ancianos de Cincinati llegan al Albergue de Ricky y montan un follón de mil demonios, lo que aprovecha Ricky para coger sus cosas, incluyendo a Laurel Bucal, y largarse. Los gángsters, al verse burlados, deciden continuar con el negocio del ocio y dedícanse a entretener a los ancianos con bingos caseros y bailes de saloon. Hohn Juston recrea de forma magistral el ocaso de unos gángtsers de tercera fila, fila que no aconsejamos para ver el film, so pena de agarrar una tortícolis de aúpa. 

Fred Cineman

12.10.15

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