lunes, 30 de noviembre de 2015

Críticas cinematofágicas: Tetanic

Tetanic

Superproducción de San Marino para la Centímetro Goldwin Muller. Compuesta como una película de catástrofes, este film europeo narra las desventuras de una mujer con excesiva “pechonalidad”. La susodicha tenía que coger todos los días un ferry para ir de Porto Chumino a Porto Comocho. Era tal su busto, que apenas podía recogerlo con el abrigo. Los hombres que hacían la travesía con ella procuraban pasar a su lado, pues con total seguridad ello equivalía a un toque de melón. Con sus melones, la pobre chica sufría lo suyo, pues en la oficina era objeto de befas y de toqueteos. Pero era en el ferry donde peor lo pasaba, pues pasaba todo el pasaje por delante suyo para arrancarle un sobe. Tanto sufría la pobre que un día decide agenciarse un corsé gigante que le aprisionase los pechos y normalizase su figura. Agénciase el corsé y un día se lo pone. Llega al ferry con el abrigo abotonado y la gente se extraña. Curiosos, deambulan a su alrededor tratando de descubrir el misterio. De pronto el corsé no aguanta y revienta, desplazando a todo el personal curioso de estribor a babor, lo que provoca un exceso de peso en uno de los lados y el bote zozobra. La catástrofe es recogida con profusión por las varias cámaras del director James Camarón, centrándose en el heroico comportamiento de la protagonista, que logra salvar a medio pasaje en las boyas de sus pechos. Conocida a partir de entonces como la Tetanic, la protagonista se convierte en una heroína de la pequeña comunidad, otorgándole la ciudad desde entonces un bote especial para ella sola. Cine de catástrofes hecho a la europea para europeos píos. A resaltar la bella protagonista, una mujer que al ser presentada no puede evitar oír ineluctablemente: “El busto es suyo”.

Fred Cineman

30.11.15

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