Me causa
estupor, e indignación, que cuando un equipo de fútbol, u de otro deporte de
masas, gana un trofeo importante, éste es ofrecido, en comitiva deportiva, a la
Virgen (condesciendo a poner mayúsculas para que no se confunda la palabra y se
crea que hablo de una mujer sin experiencia sexual) del lugar, ya sea la
Moreneta, la de la Almudena o la Pilarica. Lo que me indigna no es que crean
que la virgen les ha ayudado sino que cuando no ganan el trofeo o el título
(que es casi siempre) no llevan a la referida Virgen y la arrojan al río o a un
barranco. ¿Por qué esa falta de lógica o sentido común? ¿Si una virgen ayuda a
ganar una copa, no contribuye, por medio de su desidia, enemistad o impotencia,
a no ganarla? ¿O es que las vírgenes se reparten los trofeos de forma
equitativa para contentar a los fieles por temporadas? Perdonaría que se
ofreciese a la Virgen de turno un trofeo si cuando no se consigue se la tirase
al río. He dicho. ¡Abajo la estupidez mariana! ¡Viva la lectura! Sí, la
lectura, han oído bien, porque estas estupideces marianas, como se dijo del
carlismo, se quitan leyendo. Leyendo, obviamente, más de un libro. Porque
líbrenos el cielo de los lectores de un solo libro.
La oveja feroz
26.03.18