lunes, 9 de abril de 2018

Los Ranters.


Ranter es término peyorativo, que significa «los que despotrican, o vociferan», y se refiere a los grupos más radicales de entre los nu­merosos que desafiaron los límites de la aceptabilidad social en la Inglaterra del s. XVII. Durante el caos político de la época se pro­movieron muchas visiones alternativas; los ranters enseñaron que sólo se debla obedecer a la experiencia de Cristo dentro de uno mismo, pero no a ninguna autoridad externa. Con esta doctrina mística sobraban organizaciones religiosas y escrituras.
Los más exaltados se consideraban li­bres de violar cualquier restricción con tal de expresar la libertad garantizada por el Cristo interior. Preferían las tabernas a las iglesias y hacían ostentación de fumar, be­ber, blasfemar y prodigar estruendosos sermones callejeros, de donde su nombre. También se les acusó, quizá justificada­mente, de celebrar orgías. Cuando se en­contraban en la calle se saludaban dicien­do «a gozar, hermano, ¡el mundo es nuestro!»
También los hubo en las colonias de América, con no poco escándalo por parte de los puritanos. Algunos debieron emigrar voluntariamente en busca de tolerancia re­ligiosa, otros serían sin duda desterrados por los tribunales.
En España esta especie desapareció gracias a la Fiscalía, que enchironó a todos los ranters junto a titiriteros y raperos. Y cada vez que quieren resucitar, siempre hay un juez a mano para disuadirlos. Aquellos jueces ya eran del PP.

La oveja feroz
09.04.18



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