Seguimos
con nuestras propuestas de lenguaje proanimalista, políticamente correcto y subnormal
de cojones.
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“Del jefe y el mulo, cuanto más lejos más seguro”. Los mulos pueden, con razón
sentirse ofendidos por comparárseles con jefecillos tiranos y ejecutivos sin
empatía. Un mulo jamás despediría a nadie. Cambiémoslo por “Del jefe y el mulo,
prefiere al segundo”.
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“El gato escaldado, del agua fría huye”. Hay que ser despiadado para escaldar a
un gato. Porque si antes no se le ha echado agua hirviendo encima, ¿cómo saben
su reacción. Evitemos hervir gatos y menos usarlos como ejemplos proverbiales.
Digamos mejor “El gato educado, de agua tónica huye”.
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“El perro del hortelano, ni come ni deja comer al amo”. Nunca se ha visto que
un perro mate de hambre a un humano, pero sí al contrario. Y da igual el oficio
del amo. Mejor decir: “El perro del hortelano, deja comer al amo”.
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“El pez grande se come al chico”. Homofagia piscícola, canibalismo bajo las
olas. Qué figura más denigrante. Si bien esto se da en la naturaleza, no debe
propalarse. Pongámoslo en positivo: “El pez grande da de comer al chico”.
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“Muerto el perro, se acabó la rabia”. Matar a un pobre can para erradicar una
enfermedad es un acto ruin cuando existen vacunas que podrían hacer lo mismo.
Cambiémoslo por: “Vacunado el perro, se acabó la rabia”.
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“No se hizo la miel para la boca del asno”. Dios mío, qué falta de consideración
hacia el pobre asno, el burrito cariñoso, el platero dulce y suave como si
fuera de algodón. ¿Acaso no tienen ellos derecho a degustar este excelso
producto de las abejas? Demos miel a quien quiera, sea asno o gato. Mejor decir
“No se hizo la hiel para la boca del asno”. Siempre pro animalistas. Te
adoramos…PACMA
La
oveja feroz
28.01.19