lunes, 30 de diciembre de 2019

Críticas cinematofágicas: Un autobús de línea llamado deseo


Un autobús de línea llamado deseo

Film de Elías Sobakazán basado en la obra de teatro homónima del dramaturgo Mississippi Williams. Un Blando Marlone en el papel de Kowalski da la réplica a Blanca Blanche, la cuñada cursi que interpreta magistralmente Vivian Leicht, mehr Licht. Blanche acude a visitar a su hermana que vive en un suburbio de Baltimore, o puede que sea Conneticut, en todo caso un barrio cutre lleno de polacos emigrados en camiseta y con los sobacos sudados. La asfixiante atmósfera de la película contribuye, de forma notoria, en el aumento del consumo de bebidas y helados del puestillo establecido en el vestíbulo, dato microeconómico que quizás explique que la película lleve dos años en cartel a pesar del poco público asistente. Como decíamos, Blanche acude a casa de su hermana y se encuentra con un chulo Kowalski en camiseta y que no hace otra cosa que beber cerveza y jugar a los bolos con sus amigotes. Blanche, cursi y melindrosa, le pide a su cuñado que abandone el uso de camisetas sudadas y se compre una camisa como dios manda, a lo que el aludido contesta con un eructo que hiede a lúpulo. Al final, a Blanche no le queda más remedio que adquirir un perfume que huela a cerveza para conseguir al deseado y sudoroso Kowalski. Advertimos a los posibles espectadores que está prohibido acudir a las sesiones con bebidas adquiridas fuera del establecimiento. Pañuelos y abanicos sí se permiten. Y que ustedes lo suden bien.

Fred Cimeman
30.12.19

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