Críticas cinematofágicas: La
soledad del corredor de fondos… de inversión
La soledad del corredor de
fondos... de inversión
Película sobre la soledad de los hombres de
negocios, la soledad del triunfador, la soledad del dinero. Otro Preminger se
enfrenta a su obra más personal. Un joven corredor de fondos, un hombre con
oficina propia en Wall Street, un hombre para quien los bonos del Estado, las
letras del Tesoro y los depósitos a plazo no tienen secretos, un hombre que no
conocía más obligaciones que las que emiten en títulos ciertas empresas, se
enfrenta a la ruina de un matrimonio, al desmoronamiento de una familia, la
suya. Ajeno al mundo familiar, casi sin conocer a sus hijos, casi un inquilino
para su mujer, este hombre con lavabo y cama en la oficina no entiende qué más
quieren de él esos seres a los que provee de buena ropa, vivienda de lujo y
caros colegios. Le hablan de cariño, de ternura, palabras que ha de buscar en
un diccionario y que incluso así no comprende. Divorciado al fin, se da cuenta
de que la situación apenas ha cambiado para él. Sigue proporcionando a esa
ajena familia los medios para pagarse una buena casa, buena ropa y buenos
colegios. Él vive en la oficina. Es feliz. No tiene que ver la tele los domingos
con una señora y unos críos que dicen ser suyos. Lo suyo es la cotización, las
ampliaciones, los derechos de suscripción y los mercados de futuros. Paul
Oldman da vida a este personaje entrañable en una de las películas que más nos
ha gustado a los críticos. Porque todos tenemos mujer, e hijos, y sesiones
dominicales de TV, pero no tenemos la posibilidad de vivir en la oficina y
ganar una pasta gansa. En fin, paciencia y a criticar.
Fred Cineman
Crítico de su majestad
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