lunes, 6 de julio de 2020

Críticas cinematofágicas: La soledad del corredor de fondos… de inversión


Críticas cinematofágicas: La soledad del corredor de fondos… de inversión

La soledad del corredor de fondos... de inversión

Película sobre la soledad de los hombres de negocios, la soledad del triunfador, la soledad del dinero. Otro Preminger se enfrenta a su obra más personal. Un joven corredor de fondos, un hombre con oficina propia en Wall Street, un hombre para quien los bonos del Estado, las letras del Tesoro y los depósitos a plazo no tienen secretos, un hombre que no conocía más obligaciones que las que emiten en títulos ciertas empresas, se enfrenta a la ruina de un matrimonio, al desmoronamiento de una familia, la suya. Ajeno al mundo familiar, casi sin conocer a sus hijos, casi un inquilino para su mujer, este hombre con lavabo y cama en la oficina no entiende qué más quieren de él esos seres a los que provee de buena ropa, vivienda de lujo y caros colegios. Le hablan de cariño, de ternura, palabras que ha de buscar en un diccionario y que incluso así no comprende. Divorciado al fin, se da cuenta de que la situación apenas ha cambiado para él. Sigue proporcionando a esa ajena familia los medios para pagarse una buena casa, buena ropa y buenos colegios. Él vive en la oficina. Es feliz. No tiene que ver la tele los domingos con una señora y unos críos que dicen ser suyos. Lo suyo es la cotización, las ampliaciones, los derechos de suscripción y los mercados de futuros. Paul Oldman da vida a este personaje entrañable en una de las películas que más nos ha gustado a los críticos. Porque todos tenemos mujer, e hijos, y sesiones dominicales de TV, pero no tenemos la posibilidad de vivir en la oficina y ganar una pasta gansa. En fin, paciencia y a criticar.

Fred Cineman
Crítico de su majestad

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