jueves, 12 de diciembre de 2013

Inventan la manita trasera para poder rascarse la espalda en zonas de difícil acceso para las dos existentes



Como si una escobilla limpia parabrisas trasero se tratase, la Universidad de Wisconsin acaba de hacer público el éxito en el trasplante en humanos de manitas traseras que servirán, entre otras cosas, para rascarse la espalda en esas zonas a las que difícilmente se llega sin utensilios horteras. Todas las asociaciones religiosas han puesto el grito en el cielo, o más concretamente en los medios de comunicación para mostrar su tajante rechazo a esta intromisión “en las labores del Creador”. Si Dios nos hizo sin manita en la espalda, es porque está bien que así sea, y los picores que allí sufrimos deben ser tomados como una penitencia por nuestros pecados y ofrecérselos al Señor. También este éxito quirúrgico ha tenido sus defensores, que estiman inaplazable esta tercera manita como los místicos el tercer ojo. Un sector más guarrillo, celtíberos de pro, han sugerido a la citada universidad que implanten una manita a la altura de los testículos, para así podérselos rascar con disimulo. Lo que todavía está sin aclarar es si la nueva manita tendrá cuatro o cinco dedos, asunto que afecta a la ergonomía y al ahorro de costes del proyecto. “Si los Simpson tienen cuatro dedos”, ha manifestado James O’Connor, jefe del proyecto, “¿por qué no pueden bastar cuatro dedos para esta tercera mano?” La polémica está servida.

La oveja feroz
12.12.13

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