miércoles, 14 de abril de 2010

Décimosexta epístola a los adefesios

Queridos adefesios:

Hoy me gustaría hablaros sobre lo que las diferentes sectas cristianas han contribuido al progreso en aquellos países donde se han implantado. ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué el occidente que más ha progresado económicamente es el que se ampara bajo el manto del protestantismo? ¿Por qué los países donde la religión católica es dominante no se han desarrollado, tanto económicamente como culturalmente, como los países protestantes? Las razones de ello, queridos adefesios, es sencilla. El católico va a la iglesia mientras que el protestante va a trabajar. El católico santifica el domingo y demás fiestas de guardar y el protestante santifica el día de labor, y lo hace trabajando. El católico con vocación se hace monje, se retira a un convento y se ejercita en la práctica del dolce far niente que ellos llaman vida contemplativa o monacal. El protestante con vocación se convierte en un adicto al trabajo y practica el ahorro. Los santos de la Iglesia católica moran en el reino de los cielos e interceden ante Dios por los habitantes de la tierra, para que estos no tengan que esforzarse, no vaya a ser que les entre lumbalgia. Los santos del protestantismo habitan este mundo, sobre todo el mundo financiero, y fundan empresas multinacionales que luego se expanden por los países católicos para dar trabajo precario a papistas irresolutos y con pocas ganas de laborar. Si peca, el católico dispone de la confesión. El protestante tiene un montón de deudas y no debe parar de trabajar; si acaso acude al psicoanalista. Si el católico se cansa de trabajar, coge la baja; el protestante… yo qué coño sé qué hacen los protestantes en este caso, quizá protestar.
¿Entendéis ahora un poco mejor, queridos adefesios, las diferencias entre el mundo que domina la economía y el mundo que debe vivir de los souvenirs turísticos, souvenirs que ahora se fabrican en China?
Si no lo habéis entendido, queridos adefesios, tiene su explicación: pertenecéis a esas naciones embrutecidas por el catolicismo, sois unos vagos de puta madre y sólo os interesa el cachondeo, el fútbol y la partida de cartas en el bar, con un farias y un solisombra para entonar. Ah, y una jubilación anticipada, preferentemente anticipada a los treinta años. Joder, que pandilla de sinvergüenzas.


La oveja feroz
14.04.10

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