El único interés que los dioses parecen tener por nuestro universo físico son las vibraciones de alta frecuencia emitidas por los cerebros vivos durante los períodos de dolor, tensión, miedo, esperanzas, éxtasis y muerte violenta. Debido a que enfermedades del comportamiento humano como los nacionalismos y las religiones producen guerras, inquisiciones, persecuciones, torturas, etc., los dioses nos dividen de forma sutil en grupos opuestos, creando situaciones en los que Ellos puedan obtener tanta angustia y pena como quieran. Es su alimento, se deleitan y engordan con nuestro sufrimiento. Ah, si apareciese un nuevo Prometeo y nos diese la fórmula de hacer que los dioses se mueran de hambre...
La oveja feroz
25.10.12
Salvador Freixedo dice lo mismo. Un tema recurrente para mí en el día de hoy,¿porqué?¿casualidad?. Yo mas bien creo que puden predestinarnos.
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