miércoles, 3 de octubre de 2012

Un español solicita la plaza vacante de ciudadano honrado

Manuel Hermosilla Ruibarbo, natural de Tomelloso, Ciudad Real, ha solicitado el puesto de ciudadano honrado, actualmente vacante en nuestro país. Preguntado el señor Hermosilla por los méritos que avalan su petición, ha declarado que en su vida ha admitido un soborno, no ha engañado a hacienda, nunca se ha llevado material de oficina a casa y siempre ha pagado las facturas de los gremios con iva. Ante la incredulidad de los reporteros que le entrevistaban, el señor Hermosilla, a título de ejemplo, ha mostrado facturas de fontanería en toda regla, y los tickets por la compra de bolígrafos Bic durante veinte años. Este anuncio ha sorprendido a las señorías de congreso, que han hecho chistes sobre el particular y alguno ha advertido, en tono jocoso, sobre el peligro de un posible efecto contagio.

A este anuncio insólito le siguió, un par de días después, el de otro ciudadano que solicita otra plaza de ciudadano honrado. Este ciudadano, natural de Portugalete, no ha querido descubrir su identidad por ahora, pues teme las chungas de sus vecinos y parientes.

Este segundo caso ha despertado nuevos corrillos y chistes entre los parlamentarios. Uno de ellos, de un partido que no deseamos revelar pero que ostenta mayoría absoluta en el Congreso, se cachondeaba de este nuevo caso de esta forma: “¿Os imagináis que el 80% de los ciudadanos se volvieran honrados? Ja, ja, ja. Esto ya no sería España, que sería Canadá. Ja, ja, ja. ¿Y quién querría vivir en Canadá con el frío que hace? Ja, ja, ja”. No obstante, algunos parlamentarios del ala izquierda han creído observar en su supuesto tono jocoso un dejo de preocupación. ¿Y si efectivamente se da un efecto contagio y se extiende la pandemia de la honradez? Pero enseguida se ha desechado la idea por ridícula. España un país de ciudadanos honrados, ¡qué insensatez!


La oveja feroz
03.10.12

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