domingo, 19 de abril de 2009
Tradiciones vascas
Esto de los atentados realizados por vascos de radicalismo recalcitrante no es algo nuevo. Ya en el año 1582, un bilbaíno llamado Juan de Jáuregui atentó contra Guillermo, príncipe de Orange, caudillo de la rebelión de los Países Bajos. Acercándose al mandatario por detrás, Jáuregui le disparó un tiro de pistola tras la oreja derecha. La bala le traspasó el paladar y le salió por la mejilla izquierda. El asesino fue muerto por los guardaespaldas de Guillermo. Guillermo de Orange no murió. Esta oscura inclinación de los vascos, por lo que se ve, viene de lejos. Claro que hoy, con más práctica, los hijos de De Juana Chaos no hubieran fallado. Y los guardaespaldas del príncipe, más democráticos, no lo hubieran liquidado allí mismo. Lo hubieran juzgado y encarcelado, y el pobre terrorista hubiera salido al cabo de varios años por buena conducta y tornaría a ensalzar, desde su espurio prestigio, el terrorismo, dando pie para nuevas algaradas de los radicales HBerzotas. Poco hemos avanzado, ¿verdad señor Arzallus?
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