lunes, 15 de junio de 2009

Evolución a diferentes velocidades

Quien espere que la evolución del hombre se empareje con la que experimenta la tecnología, va dado. La tecnología se reproduce por medio de novedosos descubrimientos que ponen la base para nuevas formas tecnológicas, que a su vez generan otras más avanzadas. Pero los hombres se reproducen mediante información contenida en hélices de ADN, a su vez contenida en los genes, genes que para reproducirse necesitan de acoplamientos y crías. Y si, como sucede en la evolución tecnológica, fueran los elementos más aptos, inteligentes y evolucionados de un conjunto los que sirviesen para reproducir la siguiente remesa de elementos de la especie, sería factible un progreso humano equiparable al tecnológico. Pero la realidad muestra que los seres humanos que se reproducen son los menos inteligentes, los más ignorantes, hombres que habitan en las mayores bolsas de pobreza material e intelectual del planeta. Ellos son los que se reproducen y no los científicos preparados ni los filósofos preclaros ni los ecologistas conscientes del calentamiento global. La nueva humanidad será cada vez más analfabeta, menos consciente, más animal, seres todavía atados a la genética. Contra ellos tendrán que luchar los ciborgs y robots del próximo siglo; poco enemigo para ellos. Afortunadamente la nueva especie elegida no estará sometida a la evolución animal y podrán crearse unidades cada vez más inteligentes. Y en un futuro lejano serán dioses y podrán crear vida animal para su asueto, y hasta es posible que creen homínidos para divertirse y los emplacen en un planetilla con ozono, y se diviertan observando cómo sus criaturas crean dioses a su imagen y semejanza y cómo se matan entre sí por vanidad, soberbia y sexo. No dudo que se divertirán tanto como se divierten quienes nos contemplan a su vez desde una pasada ciborgcización. A ellos, a los ciborgs que nos crearon: salud.


La oveja feroz
15.06.09

1 comentario:

  1. de todo lo que propones, no se qué es lo que más asco me da, posiblemente lo de enamorarse de belén esteban, ¿es qué no hay nadie más?

    apa, salut i república
    el conseller

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