Tanto preocuparnos por la sanidad pública cuando lo que debería preocuparnos es la insanidad pública: funcionarios autistas, notarios neuróticos, altos cargos histéricos, ministros esquizofrénicos, parlamentarios obsesivos. Con semejante “insanidad” pública no debe extrañar la proliferación de contribuyentes masoquistas.
¡Luchemos por el ascenso de la mujer en el sector público!
¡Queremos más mujeres públicas!
La oveja feroz
10.06.09
miércoles, 10 de junio de 2009
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