Cuarta epístola a los adefesios

Queridos adefesios, hoy quiero hablaros de los prodigios que os embelecan, prodigios que ennublan vuestra mente y os impiden ver la sencilla y clara realidad. Y nada mejor, para iluminar vuestra mente, que el relato de varios prodigios ejemplares.

Objetos Religiosos No Identificados
(ORNI’s)

En el monasterio de Santa María la Real de las Dueñas, en Zamora, se conservan las hostias incorruptas que se salvaron de un incendio ocurrido en 1158 gracias a sus dotes para el vuelo. Pero este suceso de capacidad voladora de las hostias no es un hecho aislado ni extraño. Ha ocurrido más veces. Veámoslo.
En Segovia, en 1410, en la sinagoga del Corpus, un grupo de judíos estaban cociendo una hostia consagrada en un pérfido intento de cometer sacrilegio. La leyenda afirma (y la iglesia oficial lo confirma) que la sagrada forma salió volando del caldero hirviendo, lo que provocó, por extraña interconexión, un seísmo local que hundió el techo del templo e inclinó sus paredes. Hoy todavía puede observarse esta inclinación en su estructura. El obispo de Segovia informó a la reina de lo acontecido, y la reina, piadosa cristiana, mandó descuartizar a los culpables. Y ahora, cada año, en Segovia sigue celebrándose la “catorcena” en desagravio del sacrilegio del año 1410. Lo de catorcena no hace relación a los dos primeros dígitos del año sino a que el desagravio se realizaba en 14 parroquias que por entonces existían en la ciudad.
Cincuenta años después, en el año 1460, en Turín, dos soldados decidieron saquear la pequeña iglesia del pueblo de Exilles. El botín consistió en artículos religiosos de todo tipo, entre ellos un sagrario que contenía una gran hostia consagrada en su interior. Los dos pillos se dirigieron a Turín para colocar el botín. No bien hubieron entrado en la ciudad, una de las monturas de los soldados cayó de bruces y con ella la mercancía... excepto la hostia, que quedó flotando en el aire, para asombro de los viandantes. Por si hubiera gente que no se hubiera percatado del milagro, la hostia comenzó a emitir unos potentes rayos de luz que iluminaron la piazza del Grano de Turín, frente a la iglesia de San Silvestre, hoy conocida como parroquia del Corpus Domini en recuerdo de tan memorable hecho. El milagro sólo se interrumpió cuando un sacerdote colocó bajo la hostia el utensilio adecuado: un cáliz, recipiente sacro que albergó la hostia durante los siguientes 131 años, hasta que se decidió su consumo para evitar un esfuerzo perenne de las fuerzas celestiales, no se fueran a cansar.
En 1640 las hostias volantes dejáronse notar de nuevo en la península ibérica. El investigador Andreas Faber-Kaiser escribió la crónica de este suceso, crónica titulada Appariçao d’uma hostia no ceo em Braga em 1640. Esta aparición coincidió con un momento especialmente crítico de la historia portuguesa: la separación de Portugal de la corona española. En el relato se asegura que el milagro del vuelo de la sagrada forma era una especie de señal divina “de aprobación de la liberación de nuestra autonomía, oprimida por sesenta años con las tiranías de los reyes Felipes”. El vuelo fue visto el 29 de enero del mencionado año, observado por mucha gente y desde puntos distantes, lo que fue tomado por todos como prueba asombrosa de la asistencia divina a los propósitos partrióticos de los portugueses. Fue, a todas luces, un milagro antiespañol.
Claro que las hostias no sólo vuelan sino que pueden perpetrar otros hechos portentosos, como el que le acaeció, sin ir más lejos, al anterior papa Wojtyla, quien el 31 de octubre de 1995, durante una misa privada oficiada en el Vaticano, pudo observar cómo la hostia que acababa de entregar a una vidente coreana llamada Julia Youn, se transformaba en carne y sangre en su propia boca. El fenómeno fue hecho público en la revista Il Segno del soprannaturale, y fue incluso filmado en vídeo y estudiado por el marianólogo francés René Laurentin, casualmente presente durante dicho extraordinario evento.

¿Os han gustado los prodigios ejemplares, queridos adefesios? ¿Os han hecho más conscientes, os han iluminado? La mayoría de los ciudadanos con los que os topáis en vuestro cotidiano discurrir leen estas noticias y piensan en la grandeza de Dios y el poder de los milagros. Pero vosotros no debéis seguir su ejemplo, aunque tampoco rebatirlos y menos convencerlos de lo contrario. Dejadlos en paz. Se consuelan pensando que tienen un dios… ¡que es la hostia! Vamos, como si fuera de Bilbao. En fin, seguiremos informando. O desinformando. ¡Qué mas da!

La oveja feroz

12.05.09