martes, 26 de mayo de 2009

Los 3 castigos chinos.

Merecedores de todos los castigos bíblicos y coránicos, el occidente comienza a percibir el peligro chino. Pero ¿cómo será este nuevo peligro? Para ir haciéndonos una idea, os presento esta aleccionadora fábula:

Fang Shu llega una noche a una posada del reino de Qi y pregunta al dueño si tiene cuarto para pasar la noche. El dueño, un anciano de 120 años, le responde que sólo tiene un cuarto libre, en el tercer piso junto al dormitorio de su hija, y se lo ofrece, no sin antes advertirle que si se le ocurría intentar algo con su hija, la bella Shan Li, le aplicaría los 3 castigos chinos. Fang Shu le asegura que no va a pasar nada y acepta el cuarto. A la hora de la cena, baja por la escalera una Chinita de unos 16 años de edad, muy guapa y sensual. Era Shan Li. Durante toda la cena la bella hija del posadero no deja de mirar al Fang Shu y éste no podía de dejar de pensar en lo que le había dicho el anciano.
Por la noche, Shan Li se presentó en el cuarto de Fang Shu. Éste, pese a las recomendaciones del hospedero, no pudo resistir la tentación. Después de holgar juntos durante una hora, Shan Li se retiró a sus aposentos y Fang Shu se quedó plácidamente dormido.
Al despertar, Fang Shu notó cierta opresión en el pecho y, sorprendido, se encontró con que tenía una roca de gran tamaño sobre el cuerpo: La roca tenía adjunto un papel que decía: "Plimel castigo chino: loca encima de cuelpo".
Fang Shu consideró que si eso era lo peor que podía hacerle el pobre anciano, no iba a haber mayores problemas. Fang Shu se levantó, cargó con la roca y la tiró por la ventana. Al tirar la roca por la ventana vió que había otra nota pegada en el marco que, en letras perfectamente legibles, decía: "Segundo castigo chino: loca amalada a huevo delecho".
Fang Shu, al ver que la cuerda ya estaba llegando al punto en que más se estiraría, no se lo piensa dos veces y se tira por la ventana. Mejor un par de huesos rotos que un huevo menos, piensa. Ya en plena caída, Fang Shu vio un gran cartel sobre el suelo del patio que decía: "Telcer castigo chino: huevo izquieldo amalado a pata de cama".

¿Habéis aprendido? Pues preparaos y agarraros los machos.

La oveja feroz
26.05.09

2 comentarios:

  1. según el relato fue la chinita la que fue a los aposentos de Fang shu, a holgar.
    menuda posada de mierda, la hija del posadero, puta y el posadero, cabrón

    anda y que sus den..

    el conseller

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  2. Esa boca, esa boca... Uighh, qué procaz

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